Cuando tienes un proyecto importante que te ronda el corazón primero y la mente después, te entra miedo. Tienes que salir de tu zona conocida “de confort”.

Muchas veces eres tú misma la que te saboteas con argumentos tan poco motivadores como los que encontrarás a continuación.

Son argumentos saboteadores que te paran, te quitan la energía y te dejan sin ganas de seguir. Suenan muy lógicos pero no te dejes engañar: te estás saboteando.

(Por si fuera poco, ¡a éstos se les suman todas las voces externas de  otras personas!… Vaya, que para ponerte en marcha tienes que vencer mucha resistencia.)

Para prevenir que esto suceda aquí van unas reflexiones.

 

1.“¿Quién soy yo para hacer esto?

Es verdad, ¿por qué tú? ¿Quién te has creído que eres para pensar que puedes llegar a conquistar tu sueño?

Reflexión: ¡Pues sí! Si este proyecto/objetivo/deseo está en tu corazón desde hace tanto tiempo, de forma tan insistente, tal vez es que TÚ tienes que hacer algo al respecto.

Pequeña o grande, tú tienes una aportación única a realizar en esta sociedad, tu legado. El corazón se encarga de comunicártela y guiarte. Si no la llevas a cabo, quedará un vacío en el universo.

 

2.“No tengo tiempo”.

Está es una de las más típicas, la hemos oído muchas veces.

Reflexión:

Muy cierto, ¡no tienes tiempo!… O mejor dicho: no quieres darle prioridad. En este último caso, tú asumes tu responsabilidad, tomas una actitud proactiva y decides que no es lo prioritario ahora.

Aunque sea un pequeño espacio diario o semanal, si de verdad quieres hacer algo, el tiempo lo encuentras.

Casi siempre que te enamoras, por muy ocupada estés, siempre consigues hacerle sitio. Se convierte en tu prioridad y con facilidad dices no a otras cosas. Pues eso, ¡enamórate de tu proyecto!

 

3.“No sé lo suficiente”.

El eterno aprendiz. Tengo que formarme más y más….

Reflexión:

Acumulas títulos, ¿hasta cuándo? (A mi ésta casi consigue atraparme… ¡es peligrosa, ten cuidado!)

Estudiar está muy bien y es fundamental, pero cuanto antes lo empieces a poner en la práctica, mejor. Cuando al conocimiento lo llevas a la experiencia es cuando de verdad se vuelve útil.

Por eso, una vez que tienes una base, la acción es la mejor manera de perfeccionar la técnica. Fórmate pero cuanto antes empieza a aplicarlo (Tal cual lo escribo me lo recuerdo a mi misma que estudiaría siempre!).

 

4.“No tengo contactos”.

Reflexión: Tenerlos te facilita las cosas sin duda pero no tenerlos no te excluye.

Nunca es mal momento para empezar a construirlos. Si haces una lista de personas que conoces verás que es muy larga. Y hoy en día con las redes sociales puedes localizar a muchos amigos o compañeros del pasado.

Toma la decisión de vivir más conectada y empieza a dar pequeños pasos: Asiste a un evento de networking, reconecta con los compañeros, acepta las invitaciones a eventos, etc.

Dicen que cualquier persona que quieras conocer, está a un máximo de 5 personas de ti, es decir, a seis “saltos” (Teoría de los 6 grados de separación, de Duncan Watts y Frigyes Karinthy). Vamos, que si quisieras contactar con cualquier persona del mundo, podrías llegar a ella a través de 5 personas… ¿No es increíble?

 

5.“No tengo dinero”.

Es posible que sea cierto, que llegues a finales de mes con dificultades.

Reflexión: Si no tienes dinero, al menos tendrás tiempo y/o compromiso para buscar soluciones de bajo coste.

En todo caso, estudia cómo puedes lograr tu objetivo con el mínimo de gastos. Digamos que quieres escribir un libro. Una vez escrito, ¿podrías auto-publicarlo o hacerlo solo en formato ebook? ¿Podrías encontrar una persona dispuesta a hacer un intercambio de servicios a cambio de editar tu libro?

Un ejercicio interesante podría ser llevar un control de tus ingresos y de tus gastos, para ver adónde va a parar tu dinero.

En un grado más profundo, podrías plantearte qué creencias limitantes tienes acerca del dinero.

 

6.“Hay crisis”.

Lo oímos cada día. Es una realidad…

Reflexión: Pero aún así, sigue habiendo personas que toman las riendas y persiguen sus objetivos, sea emprender, cambiar de trabajo o tomarse un tiempo sabático. El mundo no se para.

Hay muchos países que viven en condiciones económicas muy delicadas, que viven en crisis crónica. La India rural es un ejemplo de ello y las personas siguen adelante. Porque allí donde hay crisis, también hay oportunidades.

“Crisis y oportunidad son las dos caras de una misma moneda”, Vicente Ferrer.

 

6.“Soy demasiado mayor”.

Es verdad no tienes la misma energía a los 25 que a los 50 años.

Reflexión: Hay personas que mueren a los 30 y los entierran a los 80. La edad es un factor a tener en cuenta, para según qué cosas tiene desventajas, como si quieres empezar a correr maratones a los 70 años. Pero también te da la madurez y serenidad que necesitas.

Además, para muchas otras es más importante tener la ilusión, la pasión y el compromiso. Eso es lo que te llevará a conquistar tu objetivo.

Hay ejemplos de muchos personajes que han creado su mayor legado en el último tercio de su vida. Por ejemplo, el cooperante Vicente Ferrer construyó su fundación española a los 76 años y con ésta pudo cumplir su sueño de ayudar a miles de personas a tener una vida mejor.

 

7.“No tengo apoyo”.

Puede pasar y encima te tachan de “irresponsable” y otras florituras más.

Reflexión: Es normal sentirte sola… Pero si siempre esperas a que tu familia, tus amigos o tus compañeros de trabajo te apoyen, te quedarán muchos sueños pendientes. Si te apoyan, genial, pero si no, rodéate de personas que estén alineados con tus valores y con tu objetivo.

Si quieres puedes usar estas excusas pero es mejor que en lugar de eso, seas  honesta contigo: si no quieres pagar el precio de tu objetivo o la incomodidad de ir a por él, ¡asúmelo! (Lo digo con cariño). De este modo recuperas el poder: “No quiero conseguir X  objetivo por Y razón”. Así está en tus manos.

¿Qué argumento te convence más?

¿Qué  otras excusa utilizas más a menudo para no lograr lo que te propones?

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