¿Tienes un deseo o un sueño que te llama al corazón?

Me refiero a aquellos deseos que cuando te vienen a la mente, el corazón resuena. Sientes un latido fuerte. Algo vibra dentro de ti. Reconoces una posibilidad real. Ese deseo empieza por un susurro… una pequeña voz. Y luego vuelve… una y otra vez… ¡hasta  gritarte!

Cuando sientes un nuevo deseo en tu corazón que en apariencia está fuera de tu alcance, puede que te asustes un poco. O que te sientas bloqueada. También puedes pensar que, “vaya disparate”, que con lo bien que estás ahora, para qué vas a complicarte la vida… ¿Aprender inglés? ¿Empezar un blog? ¿Cambiar de trabajo? ¿Mudarte a otra ciudad? ¿Tomarte un tiempo sabático para viajar? ¿Hacer de tu hobbie una profesión? ¿Formarte en una nueva disciplina? ¿Tener tu propia fundación?

 

¡Respira hondo!

En estos casos, tienes varias opciones.

 

1)Ignorar.

Digamos que sientes que quieres tomarte un año sabático para ti.

Puedes hacerte la sorda. Pretender que no has oído nada. Tachar este deseo como disparate y cerrar tus oídos internos. Para lograr ese deseo tienes que tomar demasiadas decisiones y salir de tu zona cómoda. Y ahora no te apetece, no quieres complicaciones…. Te convences de que con un poco de suerte será algo pasajero y dentro de un tiempo ni te acordarás.

El problema aquí es que si es un deseo real, volverá a tocarte la puerta del corazón, cada vez con más fuerza. Primero un susurro y luego un grito.

Si no quieres escuchar este deseo, puedes  anestesiar tus sentidos,  vivir con mucha actividad o con mucho ruido externo, evitando  así el silencio y estar contigo “a solas”.

Con el tiempo puede que acabe muriendo, se dará por vencido y sólo te quedará ese interrogante del “¿Y si hubiera…?”.

Si es un deseo real, genuino tuyo, si al final lo dejas pasar te recomiendo que encuentres una manera de canalizarlo para que no pase al museo de las frustraciones. Volviendo al ejemplo del año sabático, pues si no es un año, intenta tomarte un mes o dos sin sueldo.

 

2)Aceptar.

También puedes decirte a este deseo, “vale, te he oído, pero ahora no es el momento”. Tomas nota  y reconoces su verdad. Sabes que aunque ahora no es el momento propicio para llevar a cabo este proyecto. Pero de algún modo te vas haciendo a la idea, vas dando pequeños pasos interiores.

Digamos que sientes que quieres formarte como profesora de yoga o empezar un blog.  Aunque no lo harás ahora, aceptas el reto y vas fantaseando con esa idea. Te abres a esa posibilidad.  Y tu propia vibración atrae lo similar y van apareciendo en tu camino ideas, libros o personas relacionadas con este tema.

Llegará el día en el que digas, “¡sí, ahora lo hago!”

 

3)Actuar.

Comprendes que no puedes retrasar más este deseo y te pones en marcha. Puede ser que decidas ir dando pequeños pasos de manera que andar hacia tu objetivo sea un proceso progresivo,  y durante un tiempo andes por caminos paralelos (el viejo y el antiguo). O directamente, puedes lanzarte de lleno a por tu deseo.

Digamos que quieres cambiar de trabajo a otro sector o a una profesión independiente.

Mientras estás en tu trabajo actual, empiezas  a formarte en las habilidades que vas a necesitar, a explorar las ofertas, a mandar algún curriculum, o a desarrollar tu nueva profesión independiente. Hasta que llega el día que haces el cambio: los dos caminos confluyen en uno.

O si estás muy harta y tienes un pequeño colchón que te permita vivir unos meses sin un sueldo, igual ya te planteas un paso más drástico: “Dejo mi trabajo y voy a por todas en mi nueva profesión”.

 

 

Cada opción tiene sus ventajas y desventajas. Lo importante es que seas sincera contigo misma, coherente y que asumas tu responsabilidad. Sin culpar (ni a ti ni a nadie). Si quieres hacerlo, ¡hazlo! Y si no, bien porque no quieres pagar el precio que supone  o por lo que sea, no quieres y punto. Pero di, “no me apetece meterme en esta”. Así miras el deseo de frente y tomas las riendas.

A veces es un proceso: primero ignoras, al cabo de un tiempo lo aceptas, y finalmente pasas a la acción.

Vivir alineada con tu corazón, tus valores y tus sueños no siempre es fácil. Te obliga a salir de tu comodidad para lograr lo que quieres, de forma que tienes que enfrentarte a tus miedos y a los obstáculos externos. Pero el camino contrario, darle la espalda a lo que eres, tampoco es muy agradable.  Tarde o temprano la verdad acaba aflorando.

Y tú, ¿sueles estar atenta a tu corazón? ¿Tienes tu  “oído interno” abierto o cerrado? ¿Cómo has reaccionado con el último deseo que llegó a tu corazón? Te invito a compartirlo a continuación y así aprendemos todas.

 

Ps:

*El miércoles día 15 a las 19:30hrs (España), voy a hacer un Webminar, “Descubre las claves para conseguir lo que deseas”, si te interesa apúntate aquí … ¡Date prisa que sólo hay 25 plazas!

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