¿Te has preguntado alguna vez, qué diferencia a un valiente de un cobarde? A primera vista, parece que son dos personas muy distintas, ¿verdad?

Pues si lo piensas no hay tanta diferencia…

¿Cuándo fue la última vez que fuiste valiente? ¿Qué sucedió? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué hiciste? ¿Cúal fue el resultado?

¿Cuándo fue la última vez que fuiste cobarde? ¿Qué sucedió? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué hiciste? ¿Cúal fue el resultado?

La diferencia no es muy grande. Los dos quieren hacer lo que toca en vistas a conseguir sus objetivos. Los dos sienten el miedo, cuando tienen que actuar su corazón se acelera y les sudan las manos. Se les encoge el estómago. Les tiembla el pulso y su voz se quiebra. Las piernas flaquean.

Pero cuando llega la hora, el valiente actúa. El cobarde, no.  Una pequeña diferencia y un gran impacto.

Así de fácil. Y de complejo a la vez….

El miedo existe para todo el mundo, pero algunas personas actúan a pesar del miedo y otras lo utilizan como una excusa para no hacerlo. Yo misma soy testigo de ello. Como emprendedora me enfrento a multitud de miedos…A veces me distraigo con tareas que me gustan, en lugar de hacer las prioritarias. Poco a poco voy reforzando el hábito de hacer “lo que toca”. Porque así es como llegan los resultados.

El otro día le oí decir a Francisco Alcaide que nuestro éxito está relacionado con nuestra capacidad para soportar situaciones incómodas. Tal cual. Es fundamental aprender a convivir con esa incomodidad. Todos la sentimos, pero a unos los paraliza y a otros no.

¿Quieres algunas estrategias? Aquí te dejo unas claves para afrontar el miedo:

 

Haz aquello que te de miedo

El miedo es un gran indicador de que te estás acercando a lo que quieres. Comprométete con tu objetivo y haz lo que toca cada día para conseguirlo.

Recuerda que cada vez que salgas de tu zona conocida de “confort” sentirás la incomodidad del miedo. Expande esa zona progresivamente. No hace falta que sea con zancadas, puedes dar pequeños pasos… Y al actuar te darás cuenta de que el miedo sólo está en tu cabeza.

Si tienes una web y te da miedo colgar tu primer post, ¡hazlo! Cuando lo hayas hecho, te sentirás victoriosa y más fuerte para afrontar el siguiente reto.

 

Toma la decisión

Recuerda que sólo una decisión separa al  valiente del cobarde: actuar a pesar de la incomodidad. Hazlo un hábito.

Quedarte en tu zona de confort te hará sentir bien ahora, pero a la larga te arrepentirás. Te compras un billete a la frustración y al desencanto, a la isla del dolor.

Cambia el significado  y la etiqueta que le das. Así se  transforma tu experiencia. Normalmente, lo clasificamos como algo negativo…. “Tengo miedo y me bloqueo…. No puedo seguir”… Imagina si te dices: “Tengo miedo y por eso sé que estoy en el camino correcto”.

Todos tenemos miedo, pero no puedes dejarte paralizar por esa sensación. Más bien, aprender a  convivir con ella. Hacerte su amiga. Camina a su lado.

 

Busca contrapeso

Si hace falta, busca en tu entorno o entre personas conocidas, ejemplos de personas valientes. Empápate de su historia.

Cuando flaquees y los miedos se hagan grandes también te ayudará reconectar con tus valores. Si has elegido bien tus objetivos, éstos estarán alienados con tus valores y al actuar conforme a ellos estarás alineándote con lo que da sentido a tu vida.

Y tú, ¿te dejas llevar por el miedo o actúas a pesar de él? ¿Qué resultados estás teniendo? ¿Cómo cambiaría tu vida si fueras más valiente?

Si estás emprendiendo y los miedos te bloquean, rellena el formulario y pide una sesión de exploración gratuita pinchando aquí. Hablaremos de tus retos y de si podemos ser un buen equipo para vencerlos. El tiempo es oro y al contrario que el dinero, ¡no se recupera! … Así que, ¡actúa hoy!