Hay momentos en la vida en los que a pesar de que has invertido mucho (en un negocio, una relación, o un trabajo),  sientes que ha llegado la hora de hacer un cambio.

Entonces te encuentras entre la espada y la pared: “con todo lo que he puesto a nivel emocional, económico y temporal, ¿cómo voy a “tirarlo todo por la borda”, y empezar “de cero”? Es realmente abrumador.

Como cuando has perdido  mucho dinero en el casino  y quieres seguir apostando con la esperanza de recuperar lo invertido.

Con todo lo que he trabajado con esta web, con todo lo que me ha costado estudiar esta carrera, con todo lo que ha supuesto construir esta relación, con todo lo que he sacrificado por llegar  a este puesto de trabajo….

Hace poco hablé con una arquitecta que me dijo que no estaba contenta con su trabajo y que le gustaría desarrollar otros intereses. Pero se encontraba con un dilema: con lo que le había costado sacarse la carrera de arquitectura y encontrar un trabajo, ¿cómo se iba a plantear hacer un cambio drástico de profesión?

El otro día tuve una conversación similar con una chica que dijo que estaba  insatisfecha en su trabajo, pero de nuevo, le costaba renunciar  a éste. Llegar a ese puesto y a ese sueldo había sido un camino largo.

Eso me recordó a cuando yo tenía mi primera web y no estaba contenta. También me costó apostar por una nueva. O como después de 14 años en el sector de desarrollo social aposté por el coaching.

Si estás en una situación similar quiero plantearte unas preguntas que tal vez te ayuden a tener claridad a acerca de cuál puede ser el próximo paso:

 

¿Qué beneficio tiene estar en esta situación?

Sí, si sigues en esta situación quiere decir que beneficios… Sea seguir en tu zona conocida, la seguridad de saber que dominas y controlas tu vida; evitar enfrentarte a la incertidumbre e incomodidad que supone un cambio;  ganar un sueldo seguro (en apariencia); poder seguir quejándote  a tus amigos y así tener su atención; etc.

Toma conciencia de este beneficio.

¿Qué coste tiene esta situación?

Aquí conectas con el dolor de esta situación. Puede ser que sientas que no estás expresando tu  verdadero talento y no estás realizada;  que vivas la vida de los  demás en lugar de la que tú quieres; ver que pasa el tiempo y que con él mueren tus deseos más profundos;  tener poca vitalidad; vivir desde el miedo y la escasez; discutir con tu pareja; sentir que estás perdiendo el tiempo (y por tanto vida), etc.

Comparando beneficio y coste podrás ver con más claridad si te compensa  o no esta situación.

 

¿Qué  me gustaría lograr?

Si fuera capaz de dar el paso que estoy evitando, ¿qué sería posible? Si soy honesta conmigo misma, ¿qué  me gustaría lograr? Tener un trabajo que me apasione; una relación de pareja extraordinaria; un negocio exitoso…  Vamos, conectar con el  placer, con la motivación del cambio. Con lo que sería posible. En el fondo, es lo que te estás perdiendo o dejando de vivir. 

¿Es suficientemente importante lo que está en juego como para moverme de mi comodidad y pagar el precio que tiene el cambio?  Para qué engañarnos: el cambio tiene muchas recompensas, pero también tiene un precio. No te olvides. Te tiene que compensar.

De hecho una vida con sentido, es una vida alineada con tus valores y con crecimiento. No es una vida sin obstáculos.

En todo caso, no estás empezando de cero

Puede que estés pensando que dar por terminada una etapa (trabajo, relación, negocio, etc) va a suponer empezar de 0, y eso te echa para atrás.  Recuerda que, en todo caso,  te llevas contigo las experiencias anteriores. No pones el contador a cero porque todo lo que has aprendido te va a servir para la próxima etapa.

 

 

¿Te ha resonado algo de esto? ¿Qué haces en estas situaciones? Espero que estas preguntas te ayuden a reflexionar y a tomar mejores decisiones…

 

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