40 Emprendedores nos cuentan sus miedos al empezar y cómo los vencieron (Parte 2)

1) Al miedo a hablar en público, al miedo al qué dirán, al miedo al fracaso... Pero sobre todo era miedo a lo desconocido, miedo a cosas que no dominaba y no sabía cómo iban a funcionar, era puro miedo a hacer cosas que jamás había hecho (contabilidad, edición de vídeos, aprender programación...). ¡Había miedos y barreras por todos lados que me tiraban para atrás!

Sin embargo, para mi sorpresa, esos miedos fueron desapareciendo poco a poco con confianza y con pequeñas acciones. Mi proyecto ha crecido conmigo y yo con él, y siempre para mejor. No me arrepiento en absoluto de haberme lanzado a superar esos miedos, merece la pena.

2)Confié en mi potencial, me rodeé de personas que pensaban como yo (que se puede vivir de algo que te apasiona), tenía un buen soporte de formación y de apoyo en casos de emergencia...

Aunque lo principal, lo que más me ayudó a superar esos miedos y bloqueos fue dejarme llevar por la incertidumbre. En cuanto abandonas la necesidad de control y cultivas la flexibilidad, puedes con todo lo que venga. Y la perfección tampoco ayuda, si te puedes alejar de ella al principio cuando emprendes, todo serán ventajas.

​Ana Vico, www.befullness.com 

1) Aunque ahora me dedico a ayudar a profesionales del desarrollo personal y la salud a atraer clientes, cuando emprendí por primera vez fue con el coaching personal. No es que tuviera miedos, pero tenía dudas de si lo haría bien, si sabría ayudar a mis clientes. También daba conferencias y formación en desarrollo personal y comunicación. En este caso era más la inquietud de explicarlo bien, de que la clase o la conferencia fuera dinámica y entretenida. Supongo que las típicas dudas de principiante.

2) La forma de superar estas dudas e inquietudes fue preparándome muy bien las sesiones con clientes, las conferencias y las clases. Y luego, practicando. Haciendo sesiones con clientes vi que sí que les servía y que conseguían resultados. Cuando daba clases, talleres y conferencias la gente quedaba contenta y me daba las gracias. Así fui ganando en confianza. De todos modos, como siempre quiero mejorar, me anotaba lo que no había ido bien o que podía hacer de otra forma y lo modificaba para la siguiente ocasión.

Está claro que los miedos no se van si no actúas. Cuando te pones en marcha te das cuenta que en realidad no lo haces tan mal, que a la gente le sirve lo que haces, y cada vez vas ganando más confianza.

Sandra Llinares, ​www.escuelaemprenderconexito.com

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1)Eran muchos los miedos que traía en mi mochila: miedo a fracasar, a no dar
la talla, a las críticas, a tirar la toalla, incluso miedo a triunfar.
Pero sin duda mi mayor miedo era abandonar mi profesión de toda la vida
por perseguir un sueño que aún no sabía muy bien dónde me llevaría, ya que
no tenía una vocación clara. Lo que sí tenía claro es que mi sitio no
estaba en un despacho de abogados y que quería emprender un proyecto
propio.

Hubo un punto de inflexión cuando mi nivel de dolor era ya insoportable y
me estaba haciendo demasiada mella incluso físicamente. La frustración, el
vacío vital y el dolor superaba con mucho mis miedos, así que cuando
surgió la oportunidad no lo pensé ni un momento, dejé mi trabajo y comencé
un largo camino de autoconocimiento para descubrir qué es lo que quería
hacer en mi vida. Hasta que lo encontré.

2) Después de la euforia inicial por descubrirme a mí misma y a qué había
venido a este mundo, me enfrenté de nuevo a mis miedos, miedos que a día
de hoy me acompañan. La diferencia entre antes y ahora es un cambio de
actitud profundo, y una firme decisión de dedicarme a lo que realmente me
llena, actuando conforme a mis propios valores y en coherencia con lo que
soy y con la vida que quiero vivir.

¿La receta para superar los miedos? Yo diría que no tratar de evitarlos ni
luchar contra ellos, sino escucharlos, averiguar qué se esconde detrás y
trabajar en ello. En mi caso, había una baja autoestima y un nivel de
autoexigencia enorme que a día de hoy sigo trabajando. Además, con el
tiempo he descubierto que todo es cuestión de actitud y de dónde pongas el
foco. Si te focalizas en tu objetivo y adoptas un actitud positiva y
luchadora, no sólo te acercaras más a él, sino que te será más fácil ver
oportunidades donde otros ven problemas y superar los miedos que puedan
aparecer en el camino."

Maite Gómez, www.caminoinverso.com

1)Mis mayores miedos al emprender fueros el miedo al fracaso (me aterraba la idea de tener que volver al mundo de la empresa y decir que no había sido capaz) y el miedo a no tener dinero.

2) Para el primero la clave fue aceptar que el éxito estaba lleno de errores en el camino, decirme "cosas bonitas" incluso cuando fracasara (animarme yo, para seguir con energía), rodearme de gente que creyera en mi y me quitaran la inseguridad de golpe en una conversación y pensar en todas esas historias de personas que estaban ya en el "éxito" y que habían tenido fracasos antes de llegar.

Para el miedo a no tener dinero, la clave fue hacerme una lista de "cuál era la peor situación posible" y qué alternativas tenia para seguir generando ingresos. Ahí me di cuenta de que estaba tan bien preparada en tantos aspectos que no tenía ningún sentido que pensara eso 🙂

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1) Mi bloqueo más importante era (y sigue siendo) la incertidumbre. Pasar de ambientes muy estructurados (la facultad, trabajos por cuenta ajena) a un mundo donde no hay reglas fue muy duro, y todavía hoy tengo tendencia a cuestionar todas mis decisiones y a querer empezar de cero cada vez que algo se tuerce.

Además de eso, me bloquea enfrentarme a las críticas. No a las constructivas, normales y corrientes, sino a las destructivas con mala leche, que están ahí y duelen mucho más de lo que deberían.

2) La incertidumbre hay que aceptarla como parte del camino. Confío en que, como dijo Steve Jobs, al final los puntos se unan en algo con sentido, pero hasta entonces voy siguiendo mi intuición y centrándome en avanzar y en just fucking ship: ofrecer a mi audiencia productos y servicios aunque no sean perfectos y no lo tenga todo 100% claro. Si no tienes algo que ofrecer, no tienes negocio ni nada sobre lo que corregir o aprender.

Y con las críticas voy entrenándome poco a poco a que cada vez me resbalen más. Me hago la pregunta “¿cuál es la respuesta más amorosa que puedo dar a esta persona?” y eso es lo que hago: puede ser contestar el mail o ignorarlo, dependiendo de la situación.

En cualquier caso, superar miedos y bloqueos es un aprendizaje constante. No es algo que se hace una vez y ya está: son monstruos que siempre vuelven y a los que hay que aceptar como compañeros de viaje.

1) Mis principales obstáculos fueron el formarme para la nueva actividad, el cómo hacerme un puesto en el mercado y el establecerme definiendo elementos diferenciales del resto.

2) -Elaborando un plan de acción concreto, realista y que me permita cubrir mis expectativas; 

- Efectuando un análisis del mercado, ¿Qué hicieron otros para conseguirlo, que ofrecen, fortalezas, debilidades, nichos de mercado no cubiertos, etc?

- Efectuando un análisis del mercado, ¿Qué hicieron otros para conseguirlo, que ofrecen, fortalezas, debilidades, nichos de mercado no cubiertos, etc?

- Sumando al proyecto colaboradores competentes y comprometidos.

- Mucho tiempo, dedicación, pasión y compromiso.

- Siempre la máxima es “Aportar lo mejor de mi”

Mi experiencia de 32 años de ejercicio profesional es que cuando uno se entrega responsablemente, desde una profunda integridad personal y hace lo necesario para dar lo máximo en cualquier proyecto que decida iniciar, recibe todo tipo de recompensas y de manera abundante. Hay que tener la resiliencia suficiente para esperar que llegue el momento de disfrutarlas.

Yliana Ledezma, ​ www.ylianaledezma.com 

Mi mayor miedo era fracasar, que no saliera bien.

Fracasar lo habría interpretado como una señal más de que “no sé”, “no soy capaz”, “no valgo”; mientras que “salir bien” para mí significa tener una continuidad: poder hacer muchas cosas en torno al proyecto inicial (talleres, sesiones, infoproductos, etc.)... que creciera.

He ido despacio y recién empiezo con las charlas, pero siento que el proyecto tiene futuro.

Hay personas que me han escrito agradeciendo haber encontrado mi blog para entenderse y sentirme mejor con ellas mismas y en sus relaciones, y eso me ayudó a continuar a pesar de los miedos y las dudas (y aún me ayuda mucho).

Los miedos iniciales los abordé apuntándome a La Tribu de Franck Scipion. Sus tutoriales y su comunidad me dieron la confianza para arrancar a nivel técnico con lo básico que necesitaba mi blog.

Luego me he ido apoyando con blogueras “lentas”, como yo, tanto online como aquí, en mi ciudad. Me ayudan a apreciar cada paso que doy.

Irtha López, www.introvertidamentetuya.com ​

El primer miedo al que me enfrenté fue el pensar si iba a poder o no. Le tuve que pedir prestado a mi esposo dinero en su tarjeta de crédito para poder certificarme y tenía miedo, o más bien pavor, a no poder pagárselo.

Conforme fui avanzando y empecé a tener algunos clientes que me dio para pagarle a mi esposo el préstamo, mi miedo era el no se cómo hacerle para tener más clientes y no se cómo hacerle para poder salir de esta situación de si no tengo clientes no gano dinero.

Tengo la fortuna de ser una persona extremadamente terca y cuando me pongo algo en la cabeza lo logro porque lo logro, en mi familia me decían que siempre he sido más terca que una mula. Así que mi primer miedo lo superé precisamente con esa idea, tengo que poder no tengo de otra opción. Al mismo tiempo cuando me certifiqué como life coach uno de los requisitos que nos pedía para poder ser certificados era que tenía que tener al menos dos clientes que me pagaran (no importaba cuánto) así que eso me dio la confianza en lograr mis primeros ingresos y de esta forma le pude pagar a mi esposo.

Mientras fui avanzando mi miedo era de no quiero tener que trabajar todo el tiempo para poder ganar dinero, y pasé un buen tiempo con ese sentimiento; lo que me hizo cambiar fue el buscar ayuda.

Tiempo atrás entendí que la vida es más fácil si tienes alguien que te guíe y te diga cómo y más si esa persona o personas ya pasaron por donde tú has estado. Así que sin pensarlo volví a invertir en otro coach, en esta ocasión la inversión fue mucho más fuerte y mi miedo era grande pero el dejarme guiar y hacer lo que me decían me fue llevando al camino deseado.

Isabel Mancías, www.isabelmancias.com ​

En 2014 decidí dejar un trabajo fijo en una agencia de publicidad al lado de mi casa por montarme mi propio negocio junto con mi socia.

Tomar la decisión de por sí, fue algo que tuve que meditar y que no fue nada fácil.

Me había independizado hacía unos meses yo sola y tenía que pagar unos cuantos gastos fijos al mes. Entre alquiler, comida, suministros, etc se me volaba el sueldo.

Imagínate dejar de cobrar todos los meses un sueldo fijo por lanzarte con un nuevo negocio en el que no sabes lo que facturarás al mes ni sabrás si te llegará para pagar las facturas.

Ese era uno de mis grandes miedos y, además, mi familia y entorno tampoco acababan de entender mi decisión.

Pero a pesar de ese miedo con el tema del dinero, la cuestión es que en la balanza había otras cosas que pesaban más.

Llevaba mucho tiempo desmotivada de un trabajo a otro y veía que no encontraba mi lugar. Necesitaba un cambio.

Así que, valorando los pros y contras de dejar un trabajo por cuenta ajena para montarme algo a mi medida, no me lo pensé mucho más y decidí lanzarme a la piscina.

Creo que siempre he tenido un espíritu emprendedor, de hecho desde hace 10 años he trabajado por cuenta ajena pero también compaginándolo con trabajillos freelance, porque me gustaba la idea de poder tener un trabajo a mi medida, no depender de jefes y adaptar mi negocio a mi vida, y no al revés.

Hasta que un día ya decidí apostar al 100% por mí.

El que no arriesga no gana y si realmente quería avanzar personal y profesionalmente, veía que la única salida para mí era montármelo por mi cuenta.

Y la verdad que no me arrepiento para nada. De hecho, después de 2 años de emprender con 2 proyectos paralelos, mi socia y yo decidimos parar esos proyectos conjuntos que teníamos entre manos porque después de meditarlo mucho (otra vez), no acabábamos de sentirnos identificadas con lo que se habían convertido.

Por lo que tuvimos que plantearnos de nuevo muchas cosas. Tras unas semanas de mucho pensar, decidimos tomar caminos diferentes y yo volví a empezar un negocio desde cero, pero con la experiencia a las espaldas de haber emprendido ya, para no volver a cometer los mismos errores.

Ahí es cuando tuve la oportunidad de empezar de nuevo y crear mi proyecto infoemprendedora.com donde realmente me siento identificada y lo que hago me apasiona.

No siempre se acierta a la primera, pero el que no lo intenta y no pone medios para conseguir sus metas, entonces seguro que no las consigue.

Yo soy luchadora e intento evolucionar en mi vida y en mi negocio para ir adaptándolo a las necesidades que tengo en cada momento.

Lo bueno de los negocios online es que son negocios vivos, que se vas transformando poco a poco y que siempre se pueden optimizar e ir haciendo reajustes tanto para ayudar a los demás como para hacer un proyecto a medida de cada emprendedor.

​Elsa López, www.infoemprendedora.com