Me alucina siempre ver el poder de las creencias limitantes sobre nuestra vida…¡Cuán importante es deshacerte de ellas si quieres avanzar!
Habrás leído 20 veces de cómo nos restringen, limitando nuestro margen de acción y nuestros resultados, pero el tema es tan clave que quiero insistir una vez más.
Seguramente si hay un ámbito de tu vida que no funciona, allí hay una creencia limitante. Por eso la mentalidad es tan importante. Aunque tengas la mejor estrategia si no tienes limpio tu mapa mental, será muy difícil avanzar.
Hoy quiero compartirte qué me ha enseñado mi bicicleta sobre todo esto.
Cuando era pequeña tenía miedo de ir por la montaña. El recuerdo que tengo es de yo enana, en la falda de la montaña intentando subir, agarrada a todos los arbustos que tenía a mano…mientras mis padres estaban más arriba buscando setas. Ése es mi recuerdo (trauma) sobre la montaña.
Con estas memorias lo último que se me ocurría era pasearme con la bicicleta por ningún monte. En todo caso, iba tranquila (y respirando humo) por la carretera… ¡La montaña es muy difícil y peligrosa!
De adolescente tenía varios amigos ciclistas pero sólo los veía cuando iban por carretera, así que yo seguía en mi zona de confort… pedaleando por el asfalto con mi bici de montaña.
Esto tuvo que cambiar cuando me uní a un apasionado de la montaña. Ya sabes que sobre todo la pareja es un gran espejo de lo que tienes que aprender. Tanto entusiasmo, al final el año pasado me dije, pues, “habrá que dejar los miedos y probar”. Si quería compartir este hobbie con él, tenía que espabilarme. No era estrictamente necesario, pero reconozco que también me encanta la naturaleza y valía la pena el intento…
Además, como sigo una dieta vegetariana, a mis miedos se juntaba otra creencia limitante más: “Al comer poca proteína no tengo fuerzas para pedalear montaña arriba”. Cuando le comenté esto a mi amiga nutricionista, después de preguntarme sobre mi dieta, me dijo claramente que me sobraban proteínas…¡¡¡Lo que me hacía falta era entrenar!!! (Jajaja… Menuda manera de mantenerme en mi zona de confort y “no sufrir”…).
Primera creencia limitante que, como todas, te las crees porque tienen un beneficio: Quedarte en tu zona de confort. Pero también un coste, ¡ojo!: el estancamiento… ¡El pensar y actuar en pequeño!
Así que empecé a salir en bicicleta tres veces por semana, a mi ritmo y por carretera, pero con el compromiso firme de avanzar. Además de hacer kilómetros también fui aumentando los metros de altitud que hacía en mis salidas. Con ello, empecé a ganar fuerza y más confianza para hacer rutas de montaña.
Empecé por las más sencillas y poco a poco fui incrementando la dificultad de las rutas. A veces acompañada y otras veces sola para afianzarme también.
Y me di cuenta que, ¡no era tan difícil como lo imaginaba! Era más grande el miedo que tenía yo en mi mente que la realidad.
Los “no puedo”, “no soy capaz”, “es demasiado difícil para mí”, “hay que estar súper en forma para ir por la montaña”, se quedaron descalificadas por los hechos. Sí que puedo y no tengo que estar como los cachas del gimnasio para poder hacerlo.
El soltar miedos y creencias limitantes me ha permitido disfrutar de paisajes y de lugares de gran belleza natural adonde no llegaría andando o con el coche. Además de ganar confianza en mí….¡Y es que al otro lado del miedo hay muchos regalos y tesoros!
"Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes estás en lo cierto", Henry Ford Clic para tuitearEste ejemplo me hizo pensar en la cantidad de situaciones en las nos dejamos llevar por las creencias limitantes y los miedos. La próxima vez que te digas, “no puedo”, ¡cuestiónatelo! Como hace Byron Katie en su método “El Trabajo”… ¿Es verdad al 100% que “no puedo”? ¿Qué beneficio tiene esta creencia y qué precio? ¿Quién sería y qué haría sin esta creencia? Encuentra una creencia más armoniosa con tus metas y da un pequeño paso para reforzar tu nueva creencia. A base de acciones la consolidarás y te darás cuenta de que eres más capaz de lo que crees.
Cuatro meses después de empezar a “entrenar” con regularidad fuimos a recorrer la isla de Menorca, en lo que se conoce como “Camí de cavalls” (el camino de los caballos, una ruta preciosa que bordea la isla). Otra vez tenía mis miedos (será demasiado dura/difícil, no podré, no estoy en forma aún, cogeré el ferry de vuelta al segundo día, etc), pero de nuevo se demostró que todo eran fantasmas…
Así que te animo una vez más a actuar a pesar del miedo, de esa sensación de incomodidad, porque más allá del miedo hay grandes recompensas y sobre todo, tu plenitud y tu contribución al mundo.
Me encantaría saber tu opinión al respecto… ¿Qué creencias limitantes hay en tu vida y cuáles venciste? ¿Qué impacto tienen? ¿Qué miedos quieres dejar atrás que ya no te sirven?
¡Un abrazo y seguimos en los comentarios!
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