Si quieres lanzar tu proyecto emprendedor, vas a tener que hacerte visible. Salir de tu anonimato y dejarte ver de una vez.
Desde la invisibilidad es muy difícil tener un impacto en el mundo (Y tener clientes).
Para mi uno de los dilemas al empezar fue el querer ayudar a muchas personas pero seguir siendo invisible. Aunque no es imposible, sí que es más complejo de encajar…
¿Estás emprendiendo y notas cierta dificultad en dar a conocer tu trabajo y exponerte al mundo? Si es así, te invito a que sigas leyendo…
Como te decía, una de mis grandes resistencias ha sido dejarme ver (También la veo a menudo en mis clientes, es muy común, ¡no estás sola!). Aunque antes de ser coach, tuve puestos de responsabilidad casi siempre ha sido en un segundo plano, en la sombra. Allí en la invisibilidad es donde me sentía más protegida. Desde niña ésta fue mi estrategia.
Pero llega un momento que no te sirve y tienes que salir a la palestra…
Cuando pensaba en tener mi web y por ejemplo, poner una foto mía o escribir un post, me moría de la vergüenza… ¿Y si me juzgan? ¿O me critican? ¿Qué pensarán de mí? ¿Qué dirán? ¿Y si no es lo suficientemente bueno lo que digo? ¿Quién soy yo para ayudar a otros?
Ya no digamos cuando pensaba en ofrecer mis servicios, promoverlos o cobrar por ello… ¡quería salir corriendo! Tierra trágame.
Todos estos miedos los he ido transitando pasito a pasito… De hecho, creo que no se acaba nunca el camino 😉
Detrás de todo este miedo a la crítica, al qué dirán, a ser juzgada, a no creerme lo suficiente para ayudar a otros y cobrar por ello, había una intento de protegerme de un miedo mayor: el miedo al rechazo. (¡Porque no lo olvides, todo comportamiento tiene una intención positiva!)
Mi gran temor era que los demás me rechazaran. Un miedo a no ser querida.
Buscar la aprobación y la validación externas anula tu poder personal.
Pensándolo bien no es tan raro. En el fondo somos seres sociales y aunque cada vez somos más individualistas, en el pasado necesitábamos a los demás para sobrevivir. El otro, la comunidad, era vital para obtener la sinergia necesaria para vivir.
Nuestro cerebro está programado para la supervivencia y busca en todo momento protegernos de todos los peligros. Y muchas veces no distingue entre peligros reales o imaginarios, la mente es así de ingenua…
De hecho una de nuestras necesidades básicas está el amor/ conexión con los demás… Junto con la seguridad, la importancia, la variedad, el crecimiento y la contribución.
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Si ha llegado el momento de dar a conocer tu trabajo y te puede el miedo a mostrarte, me gustaría compartirte estas tres claves que a mí me han ayudado.
Date tu propia aprobación.
Cuando esperas que los demás te validen desde fuera, estás perdida. Vas a enfocarte en complacer y hacer lo que esperan, dejando de lado tus necesidades y tu esencia. Así desplazas tu centro de gravedad de dentro a fuera.
Apruébate y valídate tú. El exterior lo hará extensivo. Porque en el fondo, el exterior sólo es un reflejo de nuestro interior. Valórate por lo que eres. Haz una lista de atributos que te hacen única. Yo soy amorosa, inteligente, creativa, comprometida,…. etc
De todas formas, la mayoría de nuestros miedos son mentales… En el peor de los casos, puede que una persona o dos te critiquen o te juzguen… Pero lo más natural es que si no les gusta tu mensaje o lo que ofreces, simplemente que te ignoren…
Aquí tendrás que cultivar tu autoestima. Quererte y aceptarte tal y como eres. Ser amable contigo. Poner tus necesidades por delante. Escucharte y respetarte en pensamiento, palabra y acción…
Despersonaliza.
Cuando te des a conocer vas a gustarle a unas personas y a otras no. Es natural porque todos tenemos afinidades.
Además, miramos al mundo con ciertas gafas o filtros. En realidad muchas veces no estamos viendo a esa persona como es, sino que es una percepción basada en el pasado. Hacemos una interpretación de lo que vemos…
Y si pensamos que la vida es un espejo, en cuando una persona critica a otra, está criticándose a sí misma por algo de sí misma que reconoce en ti…
De todas formas, hazte a la idea que no vas a gustarle a todo el mundo… Serías muy neutra, sin personalidad. Y tú quieres atraer a tus clientes ideales, aquellos que conectan contigo, y repeler a los demás.
Hazte a la idea de que vas a lanzar muchas propuestas y algunas van a tener buena acogida y otras no.
Es natural. Pero en todo caso, lo que rechazan no es a ti, ¡sino a tu propuesta! Despersonaliza y aligera este miedo al rechazo.
Conéctate a tus cimientos.
Antes de pasar a la acción y para coger fuerzas, vuelve a tus cimientos.
Es momento de conectarte a tus valores, a lo que es importante para ti. De por qué haces lo que haces… ¿Por qué quieres hacer este proyecto?
Esto te llevará a reconectarte con tu propósito. Con aquello único que has venido a dar al mundo. Sin el cual habría un vacío en el universo. Honra tus dones y compártelos.
No te puedes ir sin dar tu regalo al mundo.
Además, cuando te centras en los demás, en las personas que van a beneficiarse de tu proyecto y de tus servicios (en lugar de ti y tus rodeos mentales), encontrarás mucha fuerza.
Mira también la visión de tu vida ideal. Qué quieres para ti a todos los niveles. Ése será un faro que alumbre tu camino.
Valores, propósito y visión te darán la fuerza y el impulso interno para lanzarte a la acción externa.
Sí, es esencial que pases a la acción porque comprobarás que todo tu miedo estaba solo en la mente. Y te abrirás a nuevas oportunidades. Y, cada paso adelante, te refuerza y te ayuda a empoderarte para ir despertando la guerrera que llevas en ti 😉
Recuerda que no tienes que hacerlo todo sola y si esta situación te sobrepasa, ¡pide ayuda! Para eso están los coaches y mentores.… ¡Pero no te quedes bloqueada! Me encantaría ayudarte si esta dificultad para exponerte te está frenando. Pincha aquí para que tengamos una sesión de exploración gratuita por Skype si quieres ganar claridad acerca de tu objetivo y de lo que te bloquea.
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¿Cómo llevas tú el exponerte para dar a conocer tu proyecto? ¿Cómo gestionas tú el miedo al rechazo? ¿Qué te ha resonado más en este post?
¡Un abrazo y mucha acción!
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