Me encanta observar y experimentar esta parte más mágica de la vida,  las casualidades, las sincronicidades,  la serendipia, o la Providencia…  Como lo prefieras llamar 🙂

¿Estás receptiva a esta parte de la vida?

Aunque suene ingenua, a mí me reconforta, me hace sentir cuidada y unida a un todo más grande.

He experimentado estas casualidades sobre todo en momentos de cambios importantes o de transiciones, donde hay mucha incertidumbre y muchas posibilidades, y tú das un paso adelante y te pones en manos de la vida. De alguna manera te entregas a algo superior.

Ver cómo se teje la vida y su sabiduría suprema me hace estremecer. Hay un orden mayor. Una perfección sublime tras el aparente caos. A veces son pequeños gestos. Otras veces, grandes movimientos.

¿A qué me refiero?

Recuerdo la primera vez que iba a hacer mi voluntariado a la India. Había terminado la carrera de fisioterapia y mi curriculum era casi una hoja en blanco. Escribí a muchas organizaciones pidiendo una oportunidad para trabajar de voluntaria. Las internacionales me descartaron porque aunque yo tenía muy buena voluntad, no tenía experiencia (claro, luego sobre el terreno entendí que era esencial tener tablas para resolver los casos tan extremos que te encuentras en zonas remotas con escaso acceso a recursos y atención médica).

Pero yo tenía claro que alguna puerta se abriría y seguí buscando. Algo dentro de mí me hacía sentir que aquello que  yo deseaba lograr existía en algún lugar. Esa certeza interna me daba fuerza para seguir tocando puertas.

Se acercaba la fecha de viajar a la India y yo seguía sin tener una ONG adonde ir… Pero confiaba, “algo saldrá”.

Al final, un día por casualidad me crucé con un amigo que recientemente había viajado a la India para visitar a su nuevo gurú. Me dijo que en esa misma zona había conocido una organización de desarrollo rural  (la Fundación Vicente Ferrer) que hacía una gran labor y que seguro que allí podría trabajar porque había muchos voluntarios. Les escribí y tras unas cuantas gestiones, last minute me aceptaron allí. Fue el principio de una profunda etapa.

Me fascina cómo se encajan los acontecimientos de forma inesperada para que logres tus metas. Desde entonces, sé que ha habido muchos ejemplos en los que he podido experimentar esta magia de la vida.  Como esta semana. Mi pareja y yo buscábamos piso en Mallorca y queríamos algo especial pero que no nos supusiera una carga económica porque queremos tener una vida más minimalista que nos permita tener tiempo. En las Islas Baleares  como en muchos sitios turísticos los alquileres están por las nubes. Los primeros días de preguntar a amigos y de ver las páginas web de las inmobiliarias y de los portales típicos de búsqueda de viviendas fueron poco productivos…

Hasta que el otro día fuimos a ver un piso y la señora que lo alquilaba conectó con nuestras necesidades y con mucha generosidad se ofreció a  enseñarnos la casa de la vecina (En contra de sus intereses…¡Eso me confirma que el mundo está lleno de personas buenas quieren el bien de los demás!). Nos mostró la vivienda que, aunque no estaba en el mercado oficialmente, tal vez sería posible llegar a un acuerdo con la dueña. La casa nos enamoró pero vimos claro que estaba fuera del presupuesto que teníamos en mente.

Sin mucha expectativa, fuimos a hablar con la dueña de la casa y conectamos de corazón a corazón, una sintonía profunda. Para nuestra sorpresa pudimos llegar a un acuerdo win-win, donde todos salimos ganando… ¡Gracias a la magia de la vida! …A estas casualidades que si nos abrimos aparecen en nuestro camino.

Hay momentos en mi vida en los que me conecto a esta magia y luego que me parece que pierdo la conexión. Mientras escribo esto a mí también me ayuda a recordar y me reafirma 🙂

 

¿Cómo conectarte más a esta magia de la vida?

Te comparto un par de estrategias sencillas por si te sirven 😉

Ábrete al infinito mundo de posibilidades.

A mí me gusta recordar que aunque yo quiera algo determinado, eso sólo es una gota en el océano de posibilidades. Hay muchas más opciones de las que veo. Así que me digo, “quiero esto y me abro a algo mejor”.

(Claro, lo primero es que decidas qué quieres, que pongas la intención en lo que deseas lograr).

Vibra alto.

Atraemos  lo que está en nuestra misma frecuencia por vibración. Como las ondas de una radio. Por eso es importante que incluyas en tu agenda además de trabajo, aquellas actividades que promueven tu bienestar y te elevan, que te des permiso para disfrutar… bailar, cantar, hacer el amor, yoga, un masaje, quedar con las amigas, un paseo por la naturaleza, lecturas o vídeos inspiradores… También podrías visualizarte habiendo logrado ya aquello que deseas y expandir esa sensación de tenerlo ya.

Confiar.

Para mí el confiar en la vida, en tu intuición y en la llamada de tu corazón es parte de mi manera de estar en este mundo. Me gusta pensar que si hay un deseo genuino, también habrá su correspondencia en forma de oportunidad. Además, optar por enfocarme en que puede ir bien y vivir mirando con los ojos del amor es fundamental para mí. Es cierto que puede salir mal, pero tu mente es como un gran proyector que crea la realidad. Puestos a elegir, opta por creer en positivo porque creer es crear, tu pensamiento es como un imán que atrae.

El confiar supone además soltar excesivas expectativas porque bloquean el proceso. Pones la intención, actúas  y sueltas porque sabes que llegará eso o algo mejor… (Sé que cuesta, yo a veces me atasco, pero es una actitud que hay que entrenar).

Ho’oponopono.

Lo reconozco, me he enamorado de esta técnica, su filosofía me ha atrapado. Últimamente estoy usando mucho las palabras mágicas de este sistema ancestral hawaiano de resolución de conflictos (y mucho más), llamado Ho’oponopono. Cuando me siento mal, me invaden los miedos o las dudas, pues recito las cuatro palabras sanadoras: “lo siento, perdóname, te amo, gracias”. Es como un mantra. Es una manera de romper los patrones limitantes  y su baja vibración asociada y recuperar la paz y una frecuencia más alta.

Puedes usar otros mantras con los que conectes más.

Acción inspirada. No te voy a decir que te quedes en el sofá esperando que las oportunidades toquen a tu puerta. Es vital que pases a la acción pero no te cualquier manera: de dentro a fuera. Conecta con tu ser interior, con las pulsaciones de tu intuición y anda hacia la dirección que te indica. Puede que te surja algún miedo o duda, pero es parte del proceso, y una vez que pasas a la acción, ya verás cómo se disipan.

Además, al actuar aparecen señales en el camino, como guiños que te hacen ver por dónde seguir y cuál es el camino… ¡Estate atenta!

Así que te invito a mantener los ojos abiertos a la magia de la vida 😉 , a confiar y a actuar desde el desapego…. ¡Y a dejarte sorprender por la vida!

Ahora te toca a ti… ¿Estás receptiva a la magia de la vida? ¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué te ha resonado más de este post? Me encantaría leerte en los comentarios.

Un abrazo

Cristina

Ps: ¡Gracias por leerme y por compartir este post con quien creas conveniente!

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¡Y pasa a la acción!