Reflexionando acerca de por qué no conseguimos lo que queremos, muchas veces la respuesta fuera de ser compleja, es muy sencilla: falta de claridad. No consigues lo que quieres porque no sabes lo que quieres.
Lo primero para lograr tus objetivos, ¡es saber lo que quieres!
Es algo muy evidente…muy sencillo. Pero no lo es porque continuamente me encuentro con esta situación: personas que no saben lo que quieren.
Porque no lo saben. O nunca se pararon a pensarlo. O porque no quisieron saberlo (¡luego te toca actuar!)
Durante mucho tiempo yo pertenecí al grupo de personas que no sabe definir sus objetivos. En mi caso había cumplido un sueño y tras éste ya no sabía lo que quería. Había como una niebla espesa que me impedía tener visibilidad más allá del presente. Entonces era muy difícil conseguir algo.
Sin la claridad de saber adónde te diriges, vas por la vida flotando adonde te lleve el viento. Como dice el gato en Alicia en el país de las maravillas, “si no sabes adónde vas, cualquier camino es bueno”.
¿Cuál es el problema? Pues que de momento, que sepas, sólo tienes una vida. Y el tiempo pasa muy rápido. Y si pierdes dinero, un trabajo o una pareja, tal vez puedas recuperarlos. Pero el tiempo no se recupera: los años pasados ya no vuelven. No hay un banco de tiempo o una entidad para reclamar horas perdidas. Si lo piensas así, esto te da un sentido de urgencia para que te pongas a indagar qué quieres.
Dice uno de los gurús de la gestión, Steven Covey que es importante empezar con el fin en mente. Él lo dice para planificar tus objetivos, y en este caso sería aplicable al hecho de que, un día no estarás aquí… ¿Verdad que cambia mucho el tomar conciencia de esto? No quiero ser catastrofista, pero si transmitirte esta urgencia para que no retrases el descubrir lo que quieres y hacerlo realidad.
Dicho esto, reconozco que soy una persona a la que le encanta fluir. Que también es necesario. Pero al final lo suyo es buscar una combinación que incluya el decidir lo que quieres y vivir con objetivos, y por otro lado, fluir dejando que la vida te sorprenda.
A veces definir lo que quieres no es algo que descubres de un día para otro. Si no más bien un proceso de conocerte, darte permiso para experimentar y ver qué es importante para ti.
También es posible que te hayas pasado años ahogando la voz de tu corazón y negando lo que querías para enfrentar tus miedos o pensar que decepcionarías a alguien importante. Así esa voz un día se calla…. Y ahora tienes que volver a conectar con esta luz interior.
Piensa en objetivos a nivel profesional y también a nivel personal. Si no sabes definir qué quieres, aquí tienes algunas ideas para iniciar el proceso de introspección.
1)Pregúntate adónde vas y qué quieres.
Tomar conciencia de esta pregunta y hacértela con regularidad te ayudará a ponerla en tu mente para que ésta vaya indagando. Recuerda que allí donde pones el foco, va la energía.
2)Examina tus valores esenciales
¿Qué es importante para ti? ¿Para qué vale la pena vivir tu vida? ¿Qué te hace vibrar? Aquí podrás descubrir valores importantes para ti y traducirlos a posibles objetivos. Digamos que para ti es importante ayudar a las personas y dejar huella en el mundo, el valor contribución. ¿Cómo se traduce esto a nivel práctico? … ¿Quieres tener una familia? ¿Crear un método innovador? ¿Escribir un libro? ¿Crear una empresa?
3)Personas a las que admiras y/o envidias.
¿A quién admiras? ¿Qué atributos te causan admiración? ¿Por qué? La envidia también te puede servir como indicador para saber lo que quieres (sin obsesionarte, y sabiendo que como se dice en inglés, la hierba siempre es más verde en el jardín del vecino, vamos que siempre parece que la vida de los demás es mejor).
4)Pasa tiempo en silencio.
Tareas como meditar, caminar en contacto con la naturaleza, permitirte tiempo sin hacer nada simplemente “siendo”, te la darán la oportunidad de escuchar tu corazón.
5) Si tuvieras las condiciones ideales…
Si tuvieras los recursos necesarios, si el dinero no importara, si supieras que no fallarías…¿qué te gustaría lograr?
6) Experimenta.
¿Qué tipo de libros lees y te inspiran? ¿Qué cosas haces que te hacen perder la noción del tiempo? ¿Qué te sube la energía? ¿Qué otras actividades te despiertan curiosidad y quisieras probar aunque tengas miedo? Igual aún no has descubierto aquello que quieres porque no lo conoces.
7)Ten el fin en mente.
Lo comenté antes. Ya sé que es un poco duro pensarlo, pero cerrar los ojos tampoco ayuda…. El día que te vayas de este mundo, ¿qué te gustaría haber cumplido?
Anota las respuestas y date tiempo. Si hace falta, hazte un borrador con las ideas y ves concretándolas.
Lo ideal es que al final del proceso tengas objetivos que en inglés se llaman SMART: eSpecífico (lo más concreto posible, cualquiera que lo lee sabes a qué te refieres), Medible (más/menos/mejor no se pueden medir; define algo que puedas medir), Alcanzable (que otras personas ya lo consiguieran y tú con tu momento vital lo puedas lograr –según a qué edad no puedes plantearte ser bailarina profesional), Relevante (que tenga que ver con tus intereses, que sea tuyo y no el objetivo de otra persona), Tiempo (que tenga una fecha para hacerlo realidad)
…
Hazte preguntas poderosas y llegarás a respuestas que llevarán tu vida a otro nivel. No tengas miedo de la verdad porque ésta tiene la capacidad de flotar. Así que cuanto antes la mires de frente, ¡mejor!
Y tú, ¿sabes lo que quieres? ¿Qué te ayudó a saberlo? Si no lo sabes, ¿qué primer paso vas a dar para descubrirlo? ¡Comparte a continuación y ayúdanos a aprender!
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